Una clase de Kung Fú, beneficios y puntos de dolor

Una clase de Kung Fú, beneficios y puntos de dolor

Cuando te apuntas a Kung Fu, lo primero que te enseñan es a esquivar.

Lo segundo, a bloquear. Como lo de “dar cera”, “pulir cera”,

Cuando era todavía más joven pasé unos años aprendiendo.

– ¿Cuándo vamos a aprender el Kuen Yin número 3? Llevamos tres meses con el mismo Kuen, profesor…

– El año que viene.

Se me caía el alma al suelo del dojo.

– Falta mucho… (Qué quejica que era a los 17)

– Mi maestro practicó el Kuen Yin número uno durante 65 años. Contestó el profe, con esa elegante manera que tienen maestros para mandarte a callar.

Yo quería aprender todo y además hacerlo rápido.

Quería combatir como los alumnos avanzados, con sus barridos, sus patadas altas de estilo del norte, y ya que estamos usar la katana y los suriken.

Pero tenía que practicar el esquive.

Practicar el esquive.

Practicar el esquive.

Después el bloqueo…

Qué pereza.

Cuando llevaba ya una año y algo más pasó una cosa rara.

Por error, terminé en un entrenamiento avanzado.

Estaba entre los grandes, y no hacía más que recibir hostias por todos lados.

Después de hacer ejercicios entre los alumnos, tocaba una ronda de combate con el profesor premium.

Yo los miraba con un hilito de baba cayendo por la comisura.

Imaginaba el día en el que pudiera fluir, anticipar el ataque, entrarle una patada al profesor…

Entonces, cuando ya no quedaba nadie por salir, el maestro me llama a mí.

La que no pudo hacer un solo bloqueo decente en todo el entrenamiento.

La que estaba más nerviosa que Chiquito de la Calzada aguantando el pis.

El maestro no me iba a hacer daño, pero tenía costumbres como la de hacer un «latigazo» en los ojos que te dejaba ciega tres segundos, o daba un apretón en las costillas que cortaba la respiración, no sé.

Eran efectos que te asustaban, pero yo no estaba asustada, era presa del horror.

No sé qué magia pasó.

Del susto logré un pequeño milagro: bloquear y esquivar a la vez.

Bloqueo y esquive simultáneo.

A ver, me reventó. Me molió a palos.

Pero me defendí con una dignidad que nadie esperaba. Ni yo misma.

Bueno, con los beneficios y los puntos de dolor pasa algo parecido.

La mayoría tira una lista de puntos de dolor…

Luego una lista de beneficios…

O al revés (cosa que todavía es peor)

Pero si te pones a pensar un poco más, si haces un esfuercito más, puedes hacer las dos cosas al mismo tiempo.

 

Una clase de Kung Fú, beneficios y puntos de dolor
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