Ligar con sarcasmo
Le conté a un amigo que me hice un perfil en el Tinder.
Se llama David, nos conocemos desde los 17 años.
Demasiado.
Es muy grande para todo, y el más torpe para conocer gente. Tiene tanto sentido del sarcasmo y del humor negro, que cuando bromea, parece que le caigas muy mal.
Ya desistí de presentarle a mis amigas solteras. Las espanta sin darse cuenta.
La cosa es que me contó que él también tenía perfil de Tinder.
– No me digas que les haces esos chistes horribles por chat, David, que te mato. Le dije. (Con los amigos puedo ser muy chunga).
– ¡Que va! No puedo hacer chistes
– ¿Y eso?
– No me dice “Hola” ni Hello Kittie
No sé, me hizo mucha gracia. Todavía ahora, que te lo cuento, me río. David es muy gracioso cuando no le da la timidez.
Y así como le pasa a él, y puede parecer absurdo, mucha gente pierde naturalidad cuando habla de su producto o servicio.
Cuando lees sus webs no ves reflejada la calidad, ni la calidez del trato que dan a sus clientes, ni nada que los haga diferentes de toda su competencia.
Por eso es tan importante saber escribir para vender.
O saber elegir a alguien que lo haga por ti.