No es esquizofrenia, es la arquitectura
Les conté a unos amigos una cosa curiosa que me pasó hace poco cuando estaba en el Sunset, un club de Jazz que está en Girona.
Era una cena de esas cenas “de traje”.
-Estaba en la barra y comencé a escuchar la voz de un hombre y una mujer conversando. El punto, es que en ese momento estaba sola y las personas más próximas estaban del otro lado de la sala, susurrando. Pensé que me estaba volviendo loca rematada. La camarera me dijo que no era esquizofrenia, que era la arquitectura.
Y lo que esos dos hablaban, viajaba hasta mi oreja.
Cristina, una mujer que acababa de conocer agregó:
-Claro, como en la corte italiana. Tenían una sala dónde se reunían los nobles, y mediante unos arcos, conseguían que el sonido viaje de un lugar a otro, haciendo que los anfitriones se enteren de los secretos de los demás.
Me encanta conocer gente que me explica historias, en vez de opiniones.
Ella sabía de todo.
Historia, arquitectura, historia del arte, literatura. Nos habló de autores que yo ni sabía que existían.
Y a mis amigos se les dió por explicar que yo hacía copy, y que para hacer copywriting también tenías que hacer un poco de escritor y cuenta-cuentos, por lo del story telling.
Ella enderezó la espalda haciendo que no con la cabeza.
Dijo que contar una historia tal cual sucedió no tenía ningún valor. Que enumerar las ventajas de un producto y tratar de argumentar una venta no era un trabajo.
Que escribir de verdad era construir una realidad con elementos inconexos, un recuerdo, un paisaje, alguna fantasía y ligarlo todo con un sentido y concepto de unidad.
Que eso del copywriting era sólo vender. Que vender es superficial.
Mis amigos se pusieron incómodos.
Ella cada vez más vehemente, todos cada vez más tensos.
Me miraron con cara de “que no vuelen hostias, que todavía no salieron los postres”.
Miré mi plato, la miré a ella. Esperé…
-Llevas toda la razón. Le dije.
Todos suspiraron aliviados.
Si es que el copy no es arte. Es únicamente conectar lo que tú ofreces con alguien que lo necesita. Y hacerlo con un mensaje que no le sea indiferente.
Ahora, escribir acerca de lo que uno hace puede ser difícil.
Mantener la objetividad comercial con aquello que te ha llevado tanto esfuerzo y trabajo como es tu producto o servicio, es difícil.
Por eso es una buena herramienta. El copy, digo.
Nada más que agregar, su señoría. Por hoy.