Voy a ser parcial y emitir una opinión sesgada sin querer entender las motivaciones de nadie.

Es importante, porque lo único que quiero es darte un ejemplo útil para tu negocio.

El otro día vi a una mujer que decía a su audiencia en una conferencia (era un vídeo):

– Espero que ustedes sean del tipo de emprendedores que piensa en su cliente. Espero que no sean del tipo de emprendedores que solo piensa en vender y vender.

Todos sentaditos escuchado.

Estoy segura que esa audiencia no es capaz de vender cerveza en un concierto de Calle 13.

Si supieran algo de ventas, no estarían perdiendo el tiempo con dilemas equivocados.

Verás.

Internet rebosa de información que es válida para las grandes corporaciones, pero no tiene ningún sentido para un pequeño negocio.

Además se aprovechan de una cosa:

El mundo está lleno de gente que quiere sentirse buena y piensa en el prójimo. Gente que habla del prójimo. Piensa qué es bueno y qué es malo para el prójimo.

Pero ni está con el prójimo, ni le pregunta nada.

Para el prójimo, puros pensamientos.

Es que está ocupado en llegar a final de mes y no tiene ni para invitarle una caña.

La idea de la bondad puede matarte

Cualquier emprendedor de a pie como tú o yo, vive día a día una realidad pasmosa:

Piensas en el prójimo o tu empresa y tu economía mueren.

Si vendes es porque has pensado en tu cliente.

Una, porque tu servicio resuelve algún problema o necesidad. Sí o sí.

Dos, porque tu mensaje de ventas (tu copy) conoce cómo hacer que tu servicio o producto sea percibido con el valor que tiene. Sí, o sí.

Sin presiones, sin frases hechas ni promesas imposibles. Con elegancia.

La mayoría tiene resuelto el punto uno, pero con el dos andan perdidos y son los que pueden terminar en la conferencia equivocada.

En cambio, los que ya han dejado de pensar en el prójimo y se han pasado al campo de la acción, lo saben.

El copywriting te libera del mundo de las fantasías de bondad y logra que sientas día a día como causas un impacto positivo real en la vida de tus clientes.