Noviembre de 2019. Necesitaba un copywriter de nivel para una colaboración, así que pregunté al entonces poco conocido Isra Bravo.

Yo: Isra, recomiéndame un copy de confianza, uno bueno.

Isra: Esta chica tío, sin duda.

Yo: Pero… escucha, no quiero un copy de estos que van diciendo que viven de escribir, no sé si me entiendes.

Isra: No te preocupes, esta tía no se anda con bobadas, ni vivir de escribir ni hostias, esta te vende y punto. Es muy buena, en serio.

Dicho y hecho…

Acto seguido, Arturo aka Cerdo Estratega sigue tirando flores a mi copy y explicando cómo terminé auditando textos con él para sus clientes.

Pero no viene a cuento. 

Lo que te quería decir es que atosigué a Isra Bravo para que invente algún servicio de corrección de textos.

Quería pagarle todo lo que ganaba para tener una guía, alguien con experiencia que leyera lo que yo escribía.

Sabía que mis ingresos futuros dependían de esa habilidad, así que cuanto antes la perfeccionara, mejor.

De teoría estaba hasta  arriba, de libros, de cursos… pero a la hora de escribir… 

¿Uso este tono? ¿Cuál es el mejor enfoque? ¿Qué motivación de compra me conviene realzar? ¿Este título tiene el suficiente gancho?

Isra nunca me hizo caso. No sacó ese servicio.

A cambio me propuso otra cosa que no te voy a contar, pero que me permitió disfrutar del incalculable valor de contar con alguien que LEA TU COPY y te diga qué estás haciendo bien y qué estás haciendo mal.

No sé si es tu caso.

No sé si tienes esa IMPERIOSA NECESIDAD DE APRENDER, de entender, de VENDER sabiendo lo que haces y por qué lo haces.

Ojalá que sí. 

Ojalá que si le das al  botón de compra, tengas esa misma sed.

¿Por qué?

Por que en cada sesión de La Katana en acción vamos a regodearnos en cada detalle, vamos a comentar los engranajes inconscientes que están ocultos detrás de las palabras.